Asegura Imma Mayol, entrevistada por Teresa Cendrós, que la experiencia de tener que autorizar la expulsión, en verano de 2001, de los inmigrantes de la plaza de Catalunya, fue profundamente dolorosa para ella. Como sea que el número de expulsados (y de muy malas maneras) era superior a 70, ¿ha calculado la señora Mayol, cuántas experiencias profundamente dolorosas causó?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de mayo de 2003