"En nuestros institutos de Enseñanza Secundaria conviven alumnos desde los 12 a los 18 años, o incluso, de 19 y 20. Esto quiere decir que a los institutos asisten jóvenes que pueden necesitar preservativos. Por tanto, no me parece mal que, si el Consejo Escolar del Centro así lo decide, se instalen máquinas de preservativos, pero es fundamental que estén en lugares discretos y en zonas reservadas para los mayores".
"No me cabe la menor duda de que una buena educación de nuestros jóvenes incluye una buena educación sexual y tiene que servir, además, para dotarles de sentido de la responsabilidad. Por tanto, lo que no haría en ningún caso es la distribución gratuita, que no ayuda a desarrollar su sentido de la responsabilidad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de mayo de 2003