El director general de Patrimonio Artístico de la Generalitat, Enric Esteve, ha firmado una resolución por la que declara ilegal la demolición de una parte del histórico edificio del Palau dels Valeriola, en la calle del Mar de Valencia, llevada a cabo por la propiedad. La resolución ordena al promotor la restitución de los valores afectados por la obra declarada ilegal, que forma parte del proyecto de rehabilitación del edificio, que hace años albergó un conocido bar y cuyo actual propietario, Jesús Sánchez Hernández, pretende destinar a usos culturales y hosteleros.
El Ayuntamiento emitió en su día un informe sobre las medidas preventivas que se consideraron necesarias, debido a la situación del inmueble y a los valores patrimoniales afectados, para garantizar la estanqueidad y estabilidad del edificio, especialmente en la parte que recae a San Juan del Hospital, para proteger los arco-solios del patio de la iglesia. Esta intervención previa a la rehabilitación integral del edificio fue considerada necesaria por los técnicos de Patrimonio de la Generalitat.
Sin embargo, tal como relata la resolución, la propiedad, sin previa comunicación a Patrimonio y sin la preceptiva autorización, ha derribado elementos no previstos, lo que se considera ilegal. En el escrito firmado por Enric Esteve obliga al propietario a restituir los daños. En concreto, los "apeos y protección urgente de los arco-solios sepulcrales, garantizando su estabilidad y estanqueidad" y la "consolidación de las fábricas y protección a la intemperie de las partes del inmueble señorial afectadas por las demoliciones parciales declaradas ilegales".
El propietario del histórico edificio, Jesús Sánchez Hernández, restó ayer importancia al asunto y aseguró que ya está en vías de solución. Señaló que tras presentar el proyecto de rehabilitación -redactado por José María Lozano, catedrático de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad Politécnica de Valencia-, el Ayuntamiento y Patrimonio pidieron la ejecución inmediata de siete obras puntuales necesarias para sanear y asegurar el edificio. Una vez ejecutadas, Patrimonio consideró que una de ellas había sido "desmesurada". Jesús Sánchez indicó: "Desde su punto de vista se trata de una ejecución desmesurada, pero yo me tengo que fiar de mi técnico, que la consideró adecuada". Según relató el propietario, el derribo de unos forjados y de unas vigas de madera que estaban "podridas" se hizo necesario después de comprobar, tras un día de fuerte lluvia, que podían caer y dañar los valiosos arco-solios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de mayo de 2003