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ELECCIONES 25M | FALTAN 4 DÍAS

La campaña en un minuto

No a la guerra

Una pregunta se convirtió ayer en la noticia de la campaña. ¿Es el No a la guerra propaganda electoral? El PP no está de acuerdo con que cerca de los colegios electorales puedan exhibirse los ya famosos carteles negros y rojos. O los azules y negros de Nunca Máis. Aznar dijo que su Gobierno era el primero que estaba contra la guerra. E incluso aprovechó unas de sus habituales visitas a la Casa Blanca para que Bush dijera "nunca máis". Entonces, ¿por qué tanta preocupación?

La pintada

Hay en Madrid supermercados que de noche abren sus puertas traseras y dejan sobre la acera tomates a punto de pudrirse y yogures recién caducados. Ordenadamente, jóvenes inmigrantes los van recogiendo para cenar. Son los recién llegados, los nuevos braceros, los nuevos pobres. Ayer, en Lavapiés, enfrente de uno de esos supermercados, una coordinadora de inmigrantes pintó en la pared: "Sólo el voto es integración".

El consejero

Alberto Núñez Feijóo, consejero de Política Territorial y Obras Públicas del gobierno de Fraga. Él solito fue capaz de presidir ayer 13 inauguraciones. Y eso que la Junta Electoral de Pontevedra le prohibió presidir otra. Si no, hubieran sido 14 fotos, 14 cintas que cortar, un sinfín de apretones de manos. Cualquier parecido con la campaña electoral es pura coincidencia.

El presunto novio

Julián Muñoz, sucesor de Gil en Marbella, hace campaña desde un Mercedes descapotable saludando a diestro y siniestro, rodeado de policías en moto y a caballo, disfrutando de la popularidad televisiva que le otorga su presunto noviazgo con Isabel Pantoja. PSOE y PP sospechan que todo eso no es más que una cortina para ocultar la corrupción. El socialista Chaves quiere pactar con el PP para dejar a Muñoz sin la alcaldía. Siempre le quedará Tómbola.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de mayo de 2003