"La cuestión más grave es el sistemático incumplimiento de las ordenanzas municipales que regulan el funcionamiento de bares y discotecas, no sólo en cuanto a horarios de cierre, sino también al control de las emisiones de ruido.
Porque el problema no está tanto en el horario como en las molestias que el ruido provoca a los vecinos. Sin embargo, Gallardón y Manzano han sido incapaces de solucionarlo. Haré que se respeten los horarios, pero también el aislamiento acústico de los locales, la calidad de lo que en ellos se consume y que no se saquen copas a la vía pública".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de mayo de 2003