El guitarrista y compositor cubano Rey Guerra no volverá a su país, al menos de momento. A sus 45 años, Guerra acaba de solicitar asilo político en Estados Unidos junto a su esposa, Giselle Rangel, y a su hija menor, Gabriela, de seis años. "Estoy cansado del paternalismo, de que me digan lo que tengo que hacer... Quiero desarrollar mi arte con toda la libertad posible para expresar mi individualidad, y en Cuba me sentía estancado", declaró esta semana al diario de Miami El Nuevo Herald. El músico, que el año pasado fue nominado al Premio Grammy Latino por su CD De Sindo a Silvio, viajó a mediados de mes a México para cumplir compromisos de trabajo y días después cruzó la frontera de Estados Unidos -cuyo Gobierno concede asilo inmediato a todos los cubanos que llegan a territorio norteamericano, aunque sea por vías ilegales-. Rey Guerra ha grabado discos con Silvio Rodríguez y Leo Brouwer, entre otras destacadas figuras de la música cubana, y estaba considerado en la isla como uno de los guitarristas de mayor talento y proyección internacional. Según declaró a El Nuevo Herald, en Cuba su salario mensual equivalía a 43 dólares, pero, más que esto, lo que le impulsó a abandonar la isla fue el progresivo cierre de espacios "de relativa tolerancia" en el sector artístico. Además, manifestó que "la tendencia predominante es usar el movimiento cultural a favor de la proyección política del país, y los creadores han caído en una inercia total, porque no ven otra opción de sobrevivencia". Las autoridades cubanas aún no se han pronunciado sobre la "deserción" de Rey Guerra, sin duda la figura musical de mayor relevancia que se ha desmarcado del Gobierno de Fidel Castro en la última década.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 2003