En el Dot-store se encuentran numerosos productos relacionados con Internet y la telefonía móvil. Diferentes versiones del fatídico símbolo "under construction", spams célebres, trapos de cocina con resultados de búsquedas en Google, un CD para enseñar a los pájaros domésticos las melodías de los teléfonos móviles...
Inspirados por las dificultades económicas que tienen que sortear los artistas, especialmente los que investigan nuevos territorios, los británicos Jon Thomson & Alison Craighead han abierto una tienda en red de fetiches de la nueva economía.
"La idea es utilizar el escenario de un e-shop como medio de difusión para una serie de operaciones artísticas en red y fuera de red, que demuestran cómo el desarrollo tecnológico modifica nuestra percepción del mundo", afirman los artistas, que darán por concluido este trabajo el 15 de septiembre de 2004, cuando todas las existencias saldrán a subasta pública en E-Bay.
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En Catalogue, la neoyorquina Kate Armstrong emplea la metáfora de una tienda electrónica, que propone objetos a través de imágenes indescifrables y textos vacíos, para denunciar el consumismo bulímico de la sociedad occidental.
La reglas de la economía mandan y también la espiritualidad se ha convertido en un patrimonio. El colectivo estadounidense Ikatun ironiza sobre el uso de las estrategias de mercadotecia y comunicación para la difusión de la fe católica en Iconoclasm, un proyecto que demuestra los resultados de la aplicación de los fundamentos de la new economy a la propaganda religiosa.
La información cotiza en Bolsa, pero ¿qué decir de las corrientes de pensamiento? Los artistas sudafricanos Stacy Hardy y Dror Eyal invitan al público a descubrirlo a través de un juego basado en datos reales que explora la noción de información como nuevo valor y bien de consumo.
Comprar ideologías
El proyecto denominado Friction Free se basa en un mercado bursátil de teorías económicas, sociales y políticas. En el momento de registrarse el usuario recibe un millón de rands (la moneda sudafricana) para adquirir las acciones de las corrientes teóricas que prefiere.
Las ganancias reflejarán la repercusión de dichas corrientes en el mundo real, establecida según las búsquedas de Google.
Los altibajos bursátiles y su repercusión en la vida cotidiana protagonizan el proyecto de Lynn Hershman. Synthia es un agente antropomorfo, que refleja con su conducta y sus cambios de humor los movimientos de las acciones. Si el mercado está parado, Synthia se va a dormir; si los índices suben, se pone a bailar y cuando bajan se deprime. Son las contradicciones esquizofrénicas del liberalismo salvaje y su creciente poder social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 2003