Siempre he pensado si la política y la cultura congeniaban, creo que no. Soy vecino de Benifaió, y me interesa la cultura de esta ciudad en la que vivo. Benifaió ha tenido hijos ilustres. Y me quiero referir sobre todo a uno, que a mi entender ha sido el más universal. El pintor Alonso Sánchez Coello, pintor de cámara de Felipe II, con cuadros en los mejores museos del mundo, en especial, El Escorial y el Museo del Prado.
Entiendo que la Casa de la Cultura representa la hegemonía de la cultura de un pueblo. No entiendo cómo a la Casa de Cultura de este pueblo le ponen el nombre de un señor que no es del pueblo, aunque tenga sus méritos. Esto no es potenciar nuestra cultura. Es destruir. Es más, Sánchez Coello no tienen ni una calle a su nombre, cuando se merece un monumento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 2003