"Yo soy el malo, el que sobra soy yo", entre irónico y cansado, Jesús Gil anunció su marcha en Radio Marca. Gil se va del club que ha presidido desde 1987. El todavía presidente rojiblanco también ha confirmado la noticia en la Cadena Ser, donde ha explicado su decisión. "No aguanto más. Me voy y espero que ahora el club lo controlen todos los atléticos y se puedan hacer cargo de todo lo que la entidad tiene pendiente". Jesús Gil, dolido, recordó: "Estoy cansado de llamar a Cerezo para hipotecar cosas y que cuadren las cuentas". Gil retó a la oposición afirmando: "A ver cuantos valientes están ahora dispuestos a poner dinero como yo lo he estado poniendo".
Gil insistió mucho en todas sus intervenciones en que está "cansado de que se me insulte, de que me llamen ladrón". "Me molesta ese soniquete de Gil Cabrón fuera del Calderón", repitió el mandatario, que pidió "respeto a un hombre de 70 años". El todavía presidente dijo con firmeza que no quiere pasar a la historia "como el presidente que vendió a Fernando Torres ni al estadio Calderón". También subrayó que los futuros inversionistas en la entidad tendrían que asumir "todo lo que yo tengo hipotecado con el Atlético".
Gil lanzó algunas puyas contra la reciente oposición y alertó de que "no se puede dar paso a los especuladores que llegan sin dinero y harán desaparecer al club", en referencia a Ignacio del Río, teniente de alcalde de Madrid, de quien dijo expresamente: "¿Quién es Ignacio del Río, otro medrador?".
Gil reconoció que por la popularidad que le ha otorgado ser presidente es "alcalde de Marbella", pero puntualizó: "Mira para lo que me ha servido, me tengo que marchar". Gil avisó que estará en el palco ante el Madrid, dentro de dos semanas, "con una bandera" y dijo que ese sería su último partido en la zona noble del estadio. "No me voy a quedar ni una sola acción y no volveré a pisar el Calderón", concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 2003