El portavoz del Partido Socialista portugués, actual diputado y antiguo ministro de Trabajo, Paulo Pedroso, dimitió ayer tras ser implicado por la fiscalía en una red de pederastia que operaba en los colegios Casa Pia, institución benéfica para niños sordomudos sin recursos.
El juez solicitó al Parlamento la suspensión de la inmunidad del diputado para poderle interrogar y, eventualmente, ordenar su prisión preventiva. Según manifestó Pedroso, la fiscalía sospecha de su participación en "prácticas sexuales con menores". El diputado, considerado mano derecha del líder socialista, Eduardo Ferro Rodrigues, declaró ser inocente.
Pedroso, de 38 años, es el primer político implicado en el caso Casa Pia, un escándalo que salió a la luz cuando el semanario Expresso denunció que un funcionario de la institución, Carlos Silvino, violaba a niños de esos colegios desde hacía 30 años, con el conocimiento de los responsables de la institución. Las investigaciones han revelado que Silvino era agente de una red de pederastas. Directores de la institución, varios ministros, secretarios y fiscales de Estado, la Policía Judicial, y hasta un ex presidente de la República han sido acusados de conocer la actuación de Silvino y de no haber hecho nada para detenerlo.
Hasta ahora, además de Silvino, han sido arrestados: el popular presentador de la televisión portuguesa Carlos Cruz; el médico João Ferreira Diniz; el ex director de la Casa Pia, Manuel Arantes; el ex abogado de Silvino, Hugo Marçal; y el ex embajador de Portugal en Unesco, Jorge Ritto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 2003