La campaña de IU en Andalucía empezó con el mensaje general de animar a la movilización social para recuperar el protagonismo de la izquierda y parar los pies a la derecha. Matices y añadidos autóctonos aparte, en los primeros días los candidatos siguieron este esquema, que es también el federal: recordar los puntos negros del Gobierno de José María Aznar (decretazo, guerra de Irak, catástrofe de El Prestige) y presentarse como una fuerza útil.
Pero en la recta final la campaña ha tomado un cariz estridente: los miembros de la coalición han embestido con fuerza contra los andalucistas, y con el PP. Los cruces de acusaciones mutuas rozaron el insulto. IU afirma que ambos partidos son "los protagonistas de la especulación urbanística".
Valderas apenas ha citado al PSOE, salvo para aclarar que no hay pacto
El coordinador regional, Diego Valderas, ha marcado el ritmo. Con una batida en solitario por todas las provincias (en los últimos cuatro días ha tenido el apoyo del coordinador general, Gaspar Llamazares), Valderas apenas se ha referido al PSOE, salvo para aclarar que no existen acuerdos previos y que nunca ha jugado al dominó con Manuel Chaves. Lo más que ha llegado a decir es que "algunos" de los alcaldes socialistas tienen hábitos caciquiles o especuladores, pero siempre como complemento de las arremetidas contra PP y PA.
Sus oponentes han aprovechado el pie que les ha brindado Valderas y no han dejado escapar la oportunidad de introducir el debate de los pactos -del que IU abjuró en el diseño de campaña para reforzar su imagen de alternativa- y atacar por el flanco más débil: la avidez de agarrase al PSOE para no bajar un nuevo escalón (en las elecciones de 1999 IU perdió 200.000 votos y 201 concejales). No falta quien interpreta que Valderas ha querido hacer de las elecciones municipales unas primarias para las autonómicas, de las que se será candidato en 2004.
La dirección regional casi no se ha dejado caer por Córdoba, la única alcaldía de IU en España. Y es que Rosa Aguilar se ha salido del guión en todo. Ni guerra, ni Prestige, ni decretazo, sólo gestión local (vivienda, empleo y cultura). Aguilar ha pasado también de largo respecto a los ataques a populares y andalucistas porque pretende el voto de todos los ámbitos, incluida la derecha. Sus lemas no pueden ser más personales: Córdoba con diferencia, y Vota Rosa, no hay color.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de mayo de 2003