Raúl, vecino de La Punta, permaneció colgado de la viga de su casa, sujeto por una cadena, durante más de una hora. Fue su protesta al ver a primera hora de la mañana que las máquinas excavadoras, custodiadas por efectivos de la Policía Nacional, se disponían a derribar su casa dentro del proceso de construcción de la ZAL en el Puerto de Valencia. Después de que intervinieran los bomberos, los policías, que según los vecinos que presenciaron los hechos empuñaron rifles cargados con pelotas de goma, trasladaron a Raúl a la comisaría, donde permaneció hasta primera hora de la tarde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de mayo de 2003