Bueno, amigo, fin de fiesta, se acabó lo que se daba. Recojo los trastos de escribir y me largo. No estés triste, han sido muchos días juntos y es normal que al principio me eches un poco de menos. Las campañas electorales son como las verbenas en mi pueblo, revolucionan el corazón de cada bicho con sentimientos pero luego todos seguimos tan casados o tan solteros como antes.
Ahora, al irme, quiero dar las gracias a la buena gente de EL PAÍS por confiar en un tipo como yo para una sección como ésta. Reconozco que me he divertido y creo que no ha quedado mal, aunque eso debes juzgarlo tú. También admito que a mi compañero Segundo en los últimos días se le iba un poco la mano, sin embargo también a él mi reconocimiento porque ha estado a la altura de su prestigio.
A Pla, y a cualquiera que pueda haberse sentido injustamente tratado por mis comentarios, le ruego que me disculpe. No ha sido nada personal, la política es así y cada uno tenemos asignado un papel diferente en esta hoguera de anhelos y buenas intenciones. Espero que sigamos siendo amigos.
Y a ti, suerte y acierto. Lo mejor es votar, es nuestro derecho y los derechos se atrofian si no se ejercen. Vota a quien quieras, pero vota. A mí me gustaría que lo hicieras por el PP, pero busca, compara y si encuentras algo mejor... Si encuentras algo mejor, ya sabes: ¡Llámame!
Esteban González Pons es portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Senado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de mayo de 2003