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La ministra de Exteriores ofrece a Rabat toda la ayuda que "precise"

Palacio expresa en Casablanca su solidaridad por el reciente atentado

Después de haber anunciado en dos ocasiones su visita a Marruecos para manifestar su solidaridad con un vecino golpeado por el terrorismo integrista islámico, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, consiguió por fin ayer, una semana después de los atentados, efectuar un viaje relámpago de cuatro horas a Casablanca y Rabat. "El Gobierno marroquí puede contar con la colaboración española que precise", afirmó a su llegada.

"He venido a reiterar la solidaridad con el pueblo y el Gobierno marroquí", manifestó la ministra de Asuntos Exteriores en cuanto aterrizó en Marruecos. Su homólogo Mohamed Benaissa agradeció efusivamente la solidaridad del Gobierno español y del Rey de España

En Casablanca, visitó a los dos heridos españoles que aún permanecen ingresados en hospitales como consecuencia del atentado, el camionero Antonio Relinque y Francisca Mariscal, y recorrió la devastada Casa de España, donde en la noche del pasado viernes tres explosiones causaron la muerte de 20 personas, además del fallecimiento de los tres terroristas que las provocaron. El atentado costó la vida a tres españoles.

Palacio afirmó que le invadían "dos sentimientos" en el patio destruido del club social español al ver "una sandalia llena de sangre, de una chica joven", abandonada en el suelo. "Se te revuelven las tripas, y a la vez te da más determinación a seguir luchando", precisó. "Es una lucha de la civilización contra la barbarie. El bien más preciado es el derecho a la vida, pero el terrorismo busca la destrucción de ese valor".

Palacio se desplazó a continuación por carretera a Rabat, donde se reunió brevemente con Mohamed Benaissa. Los problemas de agenda de Benaissa han impedido a la ministra española viajar antes a Marruecos. El jefe de la diplomacia marroquí se encontraba en EE UU cuando Casablanca fue sacudida por las explosiones, y después estuvo en Londres, desde donde se deshizo en agradecimientos por la solidaridad mostrada por las autoridades españolas.

La primera autoridad española en acudir a Casablanca fue el director del Centro Nacional de Inteligencia, Jorge Dezcallar, quien se entrevistó, el sábado, con el jefe del principal servicio secreto marroquí, el general Hamidu Laanigri. Después llegaron a Marruecos tres policías de la Comisaría Central de Información que, junto con 14 agentes franceses, ayudan a los marroquíes en la lucha antiterrorista. Hoy hará escala en Rabat el ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, con el propósito de dejar patente su respaldo.

Después de Palacio, dos secretarios de Estado, el de Exteriores, Ramón Gil-Casares, y el de Comercio, Juan Costa, participarán hoy, junto con numerosos empresarios españoles, en un acto de solidaridad organizado por la Cámara Española de Comercio en Casablanca. La reunión pretende, según la convocatoria, "reafirmar la voluntad de permanencia y apoyo a Marruecos".

Más aún que los encuentros ministeriales y las reuniones de expertos celebradas estas últimas semanas, la oleada terrorista que sacudió Casablanca ha propiciado un rápido acercamiento entre las autoridades de España y Marruecos.

"Riesgo para Ceuta"

Por su parte, en Ceuta el responsable de Política Municipal del PSOE, Álvaro Cuesta, afirmó que la "irresponsable" política exterior del Gobierno español "ha puesto en riesgo a todos los españoles" y, en especial, a los que residen en las dos ciudades fronterizas con Marruecos, ya que, a su juicio, las medidas de seguridad en las fronteras "son insuficientes", informa Rocío Abad. Cuesta considera que el Gobierno "no se toma en serio" el terrorismo internacional y le acusó de "frivolizar" con las consecuencias de los atentados suicidas de Casablanca. "Los ceutíes también tienen que dar una lección a quienes nos han colocado erróneamente en peligro y han puesto en riesgo nuestras magníficas relaciones con el mundo árabe", exhortó.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de mayo de 2003