Más de dos millones de familias españolas, o lo que es lo mismo, ocho millones y medio de personas, viven por debajo del umbral de pobreza, según Cáritas España. La extensión de la pobreza en España, que afecta sobre todo a menores de 25 años, es superior a la media europea y sólo se ve superada por Grecia y Portugal. Sin embargo, los partidos no le han prestado mucha atención en esta campaña.
CATALUÑA
900.000 pobres
La pobreza rebrota en las grandes ciudades, y lo hace en colectivos que hasta ahora parecían a salvo de las situaciones de extrema miseria. Parados de larga duración, ancianos con pensiones bajas y jóvenes que no logran introducirse en el mercado laboral son las víctimas de esta nueva pobreza alentada por la carestía de la vivienda y la escasez de empleo estable.
En Cataluña, más de 900.000 personas, el 15% del total de la población, se las apañan para sobrevivir con menos de 240 euros al mes, lo que significa que son consideradas oficialmente personas pobres. Todo ello, junto con el aumento de la inmigración de países en vías de desarrollo, ha hecho reaparecer la figura del pobre que llama a la puerta de las ONG en busca de comida.
Sólo en Cataluña, 200.000 personas acuden regularmente a estas ONG. "Antes venían para que les ayudáramos a pagar una factura de la luz o el alquiler del piso; ahora también piden comida", explica Joaquim Sabaté, gerente de Cáritas Diocesana de Barcelona, quien explica, además, que se está creando un ambiente propicio para que el número de ciudadanos excluidos siga aumentando.
La nueva pobreza urbana, un fenómeno que ya experimentaron muchas capitales europeas en los años 90, ha llegado más recientemente a España coincidiendo con el auge de la inmigración. Y puede verse en casi todas las ciudades. En Cataluña, y según un informe de la Generalitat, hay más de 8.000 personas viviendo en la calle. Pero el informe no incluye todos los que están. Según Ramón Noró, de la Fundación Arrels, una organización de Barcelona especializada en atender a personas sin hogar, "sólo se ve el 15% de los 'sin techo', pero hay muchas más personas sin hogar de las que se ven en la calle".
Algunos de los indicadores de la fundación Arrels son realmente preocupantes: cada vez acuden a ella personas más jóvenes y con mayores problemas de salud mental, algo que si no se aborda con cierta urgencia, hace de ellas personas difícilmente recuperables. Ramón Noró, sin embargo, no es pesimista. "Con una atención correcta, medios y un seguimiento personalizado, todas las personas pueden mejorar".
MADRID
Albergues saturados
Los centros de acogida para indigentes de Madrid, con unas 1.300 plazas, están saturados. Este invierno apenas han tenido plazas libres y alguno de ellos ha llegado a estar al 300% de su capacidad. La estación de metro de Atocha ha albergado hasta a 129 personas en los peores días del invierno.
El número de ciudadanos que carecen de un hogar donde cobijarse se ha incrementado en los últimos años sobre todo por la llegada de inmigrantes. Los trabajadores extranjeros suelen ser personas en plenitud de facultades, sin el deterioro psíquico y físico de muchos 'sin techo', pero también necesitan un lugar donde guarecerse mientras estabilizan su situación laboral.
Sólo en las zonas centrales de la ciudad hay más de 300 personas durmiendo en bancos, parques y cajeros automáticos, al menos un centenar de ellos con graves problemas psíquicos. Las asociaciones que trabajan con estos colectivos piden más centros de acogida de pequeño tamaño y un programa de atención a los enfermos mentales que duermen en las aceras.
En Madrid reciben atención unos 23.000 drogodependientes: 8.903 en planes de desintoxicación; 8.773 en programas de metadona, y el resto en dispositivos encaminados a reducir los daños que provocan las adicciones. Son estos servicios de reducción del daño, dirigidos a los toxicómanos marginados, los que más se han reforzado en Madrid en los últimos años. Entre ellos están los centros de atención sociosanitaria, donde los toxicómanos descansan y reciben apoyo, y la narcosala, en la que pueden inyectarse drogas bajo control médico.
ANDALUCÍA
Chabolismo vertical
La Consejería de Asuntos Sociales prevé que unas 14.000 familias andaluzas recibirán el ingreso mínimo de solidaridad (salario social), fijado este año en 279,74 euros, el 62% del importe del Salario Mínimo Interprofesional. Para pagar esta renta social la Junta de Andalucía ha presupuestado 26,5 millones de euros, si bien se trata de un crédito ampliable.
En la actualidad, 1.843 expedientes de finales de 2002 están pendientes de tramitación, aunque Asuntos Sociales calcula que se resolverán "no más tarde de junio".
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía es una de las entidades más críticas con la Junta de Andalucía por no impulsar medidas ambiciosas para combatir la pobreza. En su informe de 2002 asegura que el presupuesto destinado al salario social ha "menguado" en los últimos años y que el plan de erradicación del chabolismo está paralizado.
En la ciudad de Sevilla todavía perviven dos asentamientos (El Vacie y Los Bermejales) con 200 familias. En el resto de las capitales no hay núcleos chabolistas, pero sí graves carencias en materia de viviendas que, en el caso de Cádiz, han acuñado el término de "chabolismo vertical". En las provincias de Huelva y Almería también proliferan durante la temporada agrícola campamentos chabolistas
Esta información ha sido elaborada con datos de Miquel Noguer, Begoña Aguirre y Tereixa Constenla.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de mayo de 2003