El Partido Nacionalista Vasco cerró ayer su campaña en el Pabellón de Deportes de La Casilla, en Bilbao, con la participación de Iñaki Azkuna, el alcalde de la capital vizcaína, que se presenta a la reelección; el lehendakari, Juan José Ibarretxe, que espera de los resultados electorales una fumata blanca para su plan soberanista, y el presidente del PNV, Xabier Arzalluz.
La presidenta de EA, Begoña Errazti, también intervino, con un discurso independentista. El lehendakari, Juan José Ibarretxe, pidió una marea humana y de votos para derribar el muro que, según él, forman en Euskadi el Partido Popular y el PSE-EE durante el acto de cierre de campaña de la coalición nacionalista PNV-EA en Bilbao. "Los muros deben ser derribados. Ése es nuestro trabajo el domingo. Derribarlos". Ibarretxe fue especialmente crítico con el PSOE, al que acusó de "llevarse a matar en toda España con el partido de la guerra y aquí, en Euskadi, están dándose besos en la boca". Un comentario con el que aludía al supuesto pacto entre socialistas y populares para desbancar al nacionalismo en varias instituciones. "Han entregado la herencia de más de cien años de socialismo vasco a las manos del PP", dijo. Dirigiéndose a los jóvenes, el lehendakari, que remachó su voluntad de liderar el País Vasco, defendió la consulta a la sociedad vasca que recoge su plan soberanista, y preguntó: "Si es excluyente [el plan], no democrático consultar al pueblo, ¿qué es la democracia para el PP, para el PSOE y Batasuna". En el mitin de cierre de campaña, el presidente del PNV, que reivindicó los votos frente a las balas, se dirigió a Arnaldo Otegi, líder de la ilegalizada Batasuna, para decirle: "Les duele nuestro triunfo porque se ven perdidos; y se van a ver más perdidos aún".
Ibarretxe ha utilizado durante buena parte de la campaña el símil acuñado por el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, del muro contra el plan Ibarretxe, para darle la vuelta.
Si los socialistas pedían el voto para levantar un muro para parar el plan soberanista, el presidente vasco solicitaba una "marea de sufragios para romper el muro del no", levantado "al alimón" por la "coalición PP-PSOE" con el único objetivo de "echar" al PNV de las instituciones. Ibarretxe ha dibujado a los constitucionalistas casi como unos sátrapas en ciernes a un paso de intentar repartirse el botín vasco como si de un "mercado persa" se tratara. Y ha aireado de nuevo el voto del miedo, que tantos réditos le dio en las elecciones autonómicas de 2001.
La mayor ovación de los asistentes al mitin, puestos en pie, fue para el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, que se puso en pie junto a la silla que ocupaba para agradecer esa muestra de apoyo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de mayo de 2003