Los 300 barcos que componen la flota de cerco del Cantábrico permanecen amarrados a sus puertos en señal de protesta por la "nefasta y catastrófica" campaña de pesca de la anchoa y atribuyen la reducción de las capturas a los efectos contaminantes del vertido del Prestige. Por ello, los representantes de los pescadores de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco acordaron pedir una reunión urgente con el Ministerio de Pesca para evaluar las pérdidas originadas en el sector pesquero y establecer un sistema de ayudas. Este año, la flota ha capturado 2,4 millones de toneladas de anchoa, cuando otros años han llegado a los 10 millones.
Cerca de 80 pesqueros vascos y gallegos se concentraron ayer en la bahía de La Concha, en San Sebastián, en protesta por la ausencia de pescado en la costa cantábrica, y lucieron pancartas con mensajes como "Prestige=muerte" o "Hemos recogido 20.000 toneladas de chapapote ¿Y ahora qué?".
El presidente de los pescadores de Guipúzcoa, Esteban Olaizola, exigió "responsabilidades" al Gobierno central y calificó de "tristes y lamentables" las manifestaciones del ministro de Pesca, Miguel Arias Cañete, por declarar que "la costera de la anchoa va bien". El representante de los pescadores de Cantabria, Tomás Cos, explicó que han decidido no salir a faenar para denunciar la situación del mar, donde han encontrado resto de fuel del petrolero siniestrado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 24 de mayo de 2003