El cierre de Hilados y Tejidos Puigneró puede convertir en realidad el temor a la desertización económica del Lluçanès. Los 495 empleados que quedan en Puigneró llevan desde marzo sin cobrar. Sant Bartomeu del Grau (Osona), donde se encuentra la principal factoría del grupo y la residencia de su patrón, Josep Puigneró, es el epicentro de una desmoralización general. Los vecinos recuerdan el antecedente de otra factoría del grupo, la de Prats de Lluçanès, que dejó en la calle a 200 personas. La Generalitat, que ha destinado 21,6 millones de euros a Puigneró, es incapaz de ofrecer alternativas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de mayo de 2003