Ludvig Igra, psicoanalista y autor de libros sobre la especialidad, pedagogo y humanista sueco nacido en Polonia, falleció en Estocolmo días pasados a la edad de 57 años. Procedía de una familia judía que sobrevivió a la persecución del nazismo y pudo emigrar a Suecia cuando aquél tenía dos años y donde realizó sus estudios.
Tempranamente mostró su vocación por el psicoanálisis en cuya disciplina se formó en la Sociedad sueca de Psicoterapia Holística y Psicoanálisis, que en 1973 se transformó en Sociedad sueca de Psicoanálisis, de la que Ludvig Igra fue rector siendo muy joven. Teórico y pedagogo brillante, con una experiencia vital impregnada de su condición de judío y de las peripecias de su familia, tenía además una erudición sólida no solamente en psicología sino también en música, historia y política, que hacían de él un punto de referencia científica y cultural.
Fue un excelente conferenciante con una capacidad de manejo del idioma que hacía inteligible y atractivos para los no especializados, temas un tanto áridos como el del psicoanálisis y sus diversas corrientes, en permanente proceso de revisión. Como curioso testimonio de su versatilidad cultural e inagotable curiosidad por todas las expresiones humanas, sus colegas señalan que era un excelente bailarín de tango, una música y danza que nunca había estado en su formación como individuo.
En la conferencia sobre el Holocausto organizada por el Gobierno sueco hace cuatro años, Igra pronunció una brillante y emotiva disertación. Entre sus libros se cuentan, entre otros, Objeto y relaciones en psicoterapia (1983) y Sobre la vida y la muerte (1988).-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de mayo de 2003