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FÚTBOL | 35ª jornada de Liga

Denoueix: "Todo se decidirá en el último partido"

El partido se dilucidó entre los gozos y las sombras, entre el éxito (de la Real Sociedad) y la gresca (de los acontecimientos). Todo confuso, todo alterado. Para la Real, el saldo fue beneficioso. Sin embargo, el técnico del equipo donostiarra, el francés Reynald Denoueix, manifestó al término del partido, que su equipo había dado un paso muy importante para ganar la Liga, pero que estaba convencido que el campeonato no se decidirá hasta el el último partido de los tres que quedan para concluir el torneo.

"Ha sido un partido muy difícil porque nosotros estamos jugando con la presión de tener que ganar los puntos y ello nos impide realizar nuestro juego", dijo Denoueix.

"Hoy [por ayer] hemos tenido enfrente a un equipo que ha jugado y ha defendido muy bien, pero teníamos que creer en que podíamos ganar y al final los hemos conseguido", añadió. "Todavía quedan tres partidos muy importantes y creo que hasta el último de ellos no se decidirá el título", concluyó el técnico francés.

Joaquín Peiró, entrenador del Málaga, cargó contra el árbitro: "El partido se ha roto por culpa del árbitro a raíz de la expulsión de Sandro". Sobre el equipo donostiarra señaló que "es un rival compacto. Venían a hacer su partido y lo respeto, pero el árbitro ha sido el protagonista y nos ha destrozado, algo que es habitual esta temporada".

El árbitro se convirtió en protagonista por un cúmulo de acciones conflictivas. Primero, un codazo de Romero a Nihat, que quedó sin sancionar, ni siquiera con falta. Después una mano de Xabi Alonso en el área, que supuso la primera amonestación de Sandro, quedó impune. A continuación, Sandro fue expulsado injustamente y además no saldrá bien parado de su acción. Cuando se retiraba del campo, tras remolonear en el terreno de juego, se dirigió al árbitro palmeándose la cara y diciendo al colegiado: "Tienes mucha cara", dijo el jugador. González Vazquez sacó su libreta y apuntó la circunstancia. La sanción puede crecer.

Todo se rompió. Los nervios afloraron en mayor medida con los goles de la Real. Otra posible mano de Kvarme, más dudosa.Una fuerte entrada de Miguel Ángel a Karpin encrespó finalmente los ánimos. El jugador ruso se enfrentó a todo el mundo y Denoueix, con buen criterio, lo sustituyó inmediatamente por Tayfun, antes de que la cosa fuera a más. A Jesús Mari Zamora, segundo técnico de la Real, le costó un mundo recluirlo en el vestuario. El ruso estaba tan excitado como lo estuvo Sandro cuando se produjo su expulsión. Excitación al máximo. Por la victoria, por la derrota, por los penaltis no pitados, por la expulsión, por las tarjetas. Por todo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de mayo de 2003