La candidatura del Partido Popular en la Comunidad de Madrid, encabezada por Esperanza Aguirre, fue la más votada en las elecciones autonómicas del pasado domingo, pero -a la espera del escrutinio de los votos por correo- se quedó a un escaño de la mayoría absoluta, lo que permitirá gobernar a PSOE e IU.
Le ha pasado a Esperanza Aguirre lo que a Alberto Ruiz-Gallardón en 1991, cuando, pese a que el PP fue la fuerza más votada, y con mucha diferencia, tuvo que resignarse a seguir otros cuatro años en la oposición ante el acuerdo de PSOE e IU.
Durante aquel mandato, IU renunció a formar parte del Ejecutivo: el socialista Joaquín Leguina gobernó gracias al apoyo que la coalición le prestaba en los plenos del Parlamento regional. En las siguientes elecciones, en 1995, el PP logró la mayoría absoluta, y la conservó hasta el pasado domingo: Esperanza Aguirre se quedó a menos de 30.000 votos de revalidarla.
Aguirre ha logrado el 46,6% de los votos emitidos, un 4,4% menos que Alberto Ruiz-Gallardón en 1999, y ha perdido apoyos en los grandes municipios, incluida la capital. El incremento de escaños en la Asamblea de Madrid -que pasa de 102 a 111 para reflejar el aumento de población (de 5 a 5,5 millones de habitantes) en estos años- se ha traducido casi íntegramente en un incremento de diputados del PSOE (de 39 hace cuatro años a 47), ha beneficiado discretamente a IU (de 8 a 9, pese a no subir en porcentaje de voto) y no ha afectado en nada al PP (tiene los 55 que ya tenía).
Ruiz-Gallardón ganó los comicios de 1999 con un 51% de los votos; Aguirre habría obtenido la mayoría absoluta, aproximadamente, con el 47,5%, de modo que tenía un colchón máximo de 3,5% que podía perder respecto a los votos cosechados por el PP en la Comunidad hace cuatro años.
Pero en varios grandes municipios ha caído por debajo de ese colchón: para empezar, en la capital, donde pierde un 5,5% de los sufragios que obtuvo el candidato popular en 1999.
La tendencia ha cambiado. Cuando Ruiz-Gallardón competía por la Comunidad de Madrid siempre obtenía varios puntos más de apoyo en la capital que el entonces candidato a alcalde, José María Álvarez del Manzano, y hasta 70.000 votos más. Ahora, la aspirante a presidir el Gobierno regional ha recibido menos apoyo ciudadano que el candidato a alcalde -ya alcalde electo-, que sí ha conservado la mayoría absoluta en el municipio.
También en localidades fundamentales del sur de la región ha perdido Aguirre más porcentaje del que podía perder: Alcorcón (7,2% menos que en 1999), Fuenlabrada (4,6% menos) o Getafe (4,1% menos). Y el descalabro ha llegado incluso en feudos tradicionales del PP, como Villanueva de la Cañada (- 4,4%) o Villaviciosa de Odón (-5,6%). Otros municipios del norte y oeste de Madrid -tradicionalmente más inclinados hacia el PP- han restado apoyo a la candidata popular, aunque en una medida que sí le habría permitido revalidar la mayoría absoluta: en Las Rozas, el PP pasa de 60,4% de los votos a 57,3%; en Majadahonda, del 62,3% al 59,5%; en Pozuelo de Alarcón, la localidad más rica de toda la Comunidad, el 64,9% de apoyo de hace cuatro años se convierte en 61,7%.
Paralelamente, el PSOE, con su candidato Rafael Simancas, suben en esos mismos municipios, e Izquierda Unida se mantiene o incluso baja unas décimas. Es decir que, en localidades fieles al PP, la pérdida de votos de Aguirre ha ido pareja a un incremento del apoyo recibido por Simancas.
Esa subida del PSOE ha sido mucho más evidente en el cinturón rojo del sur, cuyos cinco principales municipios -Móstoles, Getafe, Leganés, Fuenlabrada y Alcorcón- han visto hecha realidad este año una de las grandes inversiones de Ruiz-Gallardón durante su mandato al frente de la Comunidad: el metrosur. Los socilistas suben más de cuatro puntos en Móstoles -a pesar de que, en las elecciones municipales, el PP ha arrebatado esta alcaldía a PSOE e IU-, siete puntos en Alcorcón, y un 3,6% en Getafe. En Leganés y Fuenlabrada el aumento de votos para Simancas es más discreto: en el primero pasa del 46,1% de los sufragios al 46,3%; en la segunda, del 52,2% al 54,8%.
Más allá del empeño compartido por los dos grandes partidos, PP y PSOE, en convertir la simbólica batalla por Madrid en punto de partida de sus expectativas a escala nacional para las elecciones generales de 2004, la lucha por el Gobierno madrileño tiene entidad por sí misma. Y mucha. El próximo presidente de la Comunidad gobernará sobre 5,5 millones de habitantes y gestionará un presupuesto de más de 12.000 millones de euros.
La victoria pírrica de Esperanza Aguirre deja en manos de Simancas y del candidato de IU, Fausto Fernández, el gobierno de este gigante autonómico, que coexistirá con un gobierno municipal del PP. El socialista Simancas tendrá que dar -o negar- en muchos casos el visto bueno a la política del hasta ahora presidente y recién elegido alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de mayo de 2003