El último atentado suicida en el café Mike's Place de Tel Aviv, perpetrado por dos individuos de nacionalidad británica procedentes de Gaza, llevó el 10 de mayo a las autoridades israelíes a cerrar el paso fronterizo de Erez, que comunica la franja de Gaza con Israel. La medida no sólo afecta a los jornaleros palestinos, que, aunque en cupos cada vez menores, seguían entrando a trabajar en la construcción, sino también a todos los ciudadanos extranjeros.
La única excepción se hacía con aquellos que tienen estatus diplomático, siempre que estuvieran dispuestos a dejar fuera a sus escoltas que normalmente tienen un pasaporte de servicio, no diplomático. Incluso los periodistas, a pesar de estar acreditados ante el Gobierno israelí, tuvieron prohibida la entrada durante una semana.
A partir del 17 las reglas del juego cambiaron. Las autoridades israelíes elaboraron una lista, permitiendo el acceso a unas 200 personas que trabajan para diferentes agencias de Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y grandes ONG como World Vision y Care International o Médicos Sin Fronteras.
Convoy de protesta
El resto de las ONG, aunque lleven años trabajando en proyectos de ayuda humanitaria y desarrollo en Gaza, quedaban excluidas. A diferencia de las otras, se les imponía para entrar en la franja de Gaza la firma de una cláusula especial en la que eximían de cualquier responsabilidad legal al Ejército israelí en el caso de algún percance.
Por este motivo, 41 ONG de varios países -entre ellas las españolas Acción contra el Hambre, Asamblea de Cooperación por la Paz, Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, Paz y Tercer Mundo y Solidaridad Internacional- organizaron ayer un convoy de protesta.
Después de llegar a Erez desde Jerusalén, en una veintena de vehículos, dos de sus representantes entregaron un escrito al oficial al mando del paso fronterizo, el capitán Joseph Levy, reclamando "el derecho de acceso libre e irrestricto a la ayuda humanitaria", independientemente del tamaño o nacionalidad de la agencia. Para ello, basaron su demanda en el derecho internacional humanitario, cuyas convenciones han sido firmadas por Israel, y también en el llamado Informe Bertini, un documento de recomendaciones elaborado por una comisionada especial de la Secretaría General de la ONU.
La situación allí es tan tensa que anoche tropas israelíes en el puesto de control abrieron fuego contra otro convoy, que resultó estar compuesto por varios diplomáticos. No hubo heridos pero los representantes de Suiza, Reino Unido, Grecia, Suecia y Austria se llevaron un buen susto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de mayo de 2003