El periodista francés Jean-Francis Held falleció el pasado 22 de mayo a los 72 años de edad.
En sus inicios en la profesión periodística, a mediados de la década de los cincuenta, trabajó como reportero en el diario Libération, que entonces dirigía Emmanuel d'Astier de la Vigerie.
En 1960 se fue al semanario Nouvel Observateur, donde escribió grandes reportajes durante cerca de dieciocho años. Después fue redactor jefe de L'Express y, más tarde, director de L'Evenement de Jeudi. En los últimos tiempos era columnista en la revista Marianne.
Según Jean-François Kahn, director de Marianne, "Jean-Francis Held era un verdadero técnico. Uno de los últimos y genuinos escritores a la antigua usanza". Era uno de esos periodistas capaces de dar vida a no importa qué tipo de artículo, si podía ofrecer una información que interesara al lector.
Para Kahn, Held personificaba a la aristocracia del periodismo, a "esa generación muy cultivada, muy literaria". Y además pertenecía a "la raza de los periodistas escritores. Era un hombre al que apasionaba su trabajo".
En Nouvel Observateur primero y en L'Express y Marianne después, Jean Francis Held dejó la huella del "buen hacer literario unido a la reflexión". "Una rareza", a decir de sus allegados, que se conjugaba con una personalidad "muy elegante y refinada". Era lo que se conoce como un hombre de maneras anglosajonas.
"Y además", añade Jean-François Kahn "estaba muy atento a todo aquello que representaba la modernidad. Tenía muy buen olfato: reparaba en cualquier señal de cambio en la sociedad".
También ejerció durante un tiempo en la televisión como colaborador del famoso programa de reportajes de la ORTF Cinq colonnes à la une; y escribió dos novelas y numerosos ensayos.
Sus dos novelas, señala Kahn, eran libros a su imagen, "estaban muy trabajados, muy escritos y eran muy intelectuales", pero no lograron el éxito que Jean-Francis Held esperaba.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de mayo de 2003