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Reportaje:

Custodias para el Corpus

La catedral de Toledo ocupa tres capillas con 170 piezas sobre la fiesta religiosa y popular

Toledo es, con Granada y Sevilla, la ciudad del Corpus. La catedral toledana ha reunido 170 piezas, 43 de ellas de orfebrería, sobre todo custodias, en la exposición Corpus, historia de una Presencia, que ocupa, hasta el 15 de junio (información, 902 422 223), tres capillas de la doble girola, que habitualmente están cerradas al público. A partir de una idea de la Tertulia Zocodover, que proponía una muestra permanente sobre la fiesta del Corpus Christi, "la más arraigada en la tradición y en el corazón de los toledanos", los comisarios Pedro Guerrero y Juan Pedro Sánchez plantearon un montaje en torno a tres temas: la Eucaristía, el Corpus Christi y las custodias, que se convierten en el eje de la exposición.

La orfebrería de los Arfe se suma a las pinturas de El Greco, Zurbarán y Tristán

Las obras expuestas pertenecen en su mayoría a la archidiócesis de Toledo y en su recorrido se encuentran pinturas de El Greco, Zurbarán, Luis Tristán, Pedro Orrente, Luis de Morales y Juan de Borgoña; esculturas de Salzillo, Vinacer y Carmona; orfebrería de Enrique y Juan Arfe, Vargas Machuca, San Román, Baroja, San Martín y Díez, y la arquitectura de Narciso Tomé e Ignacio Haan. Las piezas expuestas ilustran la celebración del Corpus Christi como exaltación de la Eucaristía, su institución en la Última Cena, el Jueves Santo, la procesión, los objetos litúrgicos y la fiesta popular (Camuñas).

"La exposición tiene muchos valores y virtudes y algunos defectos", declara el historiador del arte José Manuel Cruz Valdovinos, experto en platería, estudioso de Goya (acaba de publicar un estudio sobre las pinturas de la Santa Cueva, de Cádiz), Velázquez y Zurbarán. Cruz Valdovinos publica en el catálogo un estudio sobre las custodias toledanas, junto a otros ensayos de Juan-Miguel Ferrer, Salvador Andrés Ordax, Ramón Gonzálvez Ruiz, Consolación González Casarrubios y Fernando Llamazares. "Además de poder ver tres capillas cerradas al público y pinturas y esculturas muy de cerca, como La resurrección, de El Greco, que forma parte de un retablo, y la Última cena, de Tristán, de la iglesia de Cuerva. En platería, para expertos es muy útil y yo conocía casi todas las custodias porque he recorrido durante 20 años los pueblos de Toledo".

Con la exposición, el visitante recorre también las capillas funerarias de San Ildefonso, Santiago y Reyes Nuevos, con los sepulcros de Gil de Albornoz, Álvaro de Luna y Juana Pimentel y los Trastámara, retablos de Ventura Rodríguez y lienzos de Maella. El montaje se asoma al Transparente, un monumento a la Eucaristía. Las primeras referencias de liturgia son visigodas y mozárabes hasta que en el siglo XVI el cuerpo de Cristo sale en procesión en el expositor, la parte central de la custodia.

La Última cena (1613), de Luis Tristán, un discípulo de El Greco, es el comienzo de la iconografía del Corpus, según José Domingo Delgado, coordinador de la exposición. Otras referencias son los cuadros de Orrente sobre pasajes bíblicos y los lienzos de Zurbarán y González Velázquez. Las custodias ocupan la mayor parte de las vitrinas, junto a relicarios, cálices, patenas y copones. Elaboradas con materiales nobles (oro y plata), se exponen de todos los estilos y orfebres desde el siglo XV a principios del XIX, con una pieza de Juan de Arfe, nieto de Enrique de Arfe -autor de la custodia que sale en la procesión-. Entre otras piezas, un Ecce homo atribuido a Morales; un San Eloy, patrono de los plateros, con cabeza y manos de Salzillo, tapices sobre cartones de Rubens, y La resurrección, de El Greco, con la paleta de sus colores en los bordes.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de mayo de 2003