Es carismático, sabe hablar y convencer, pero no condenar. Su tirón personal ha permitido que los madrileños le den su apoyo condicional por temor a las hordas rojas; los mismos madrileños que me rodearon en manifestaciones multitudinarias indignados por las decisiones del Gobierno del Partido Popular.
Madrid está pez. Es incomprensible que el apoyo de los ciudadanos vaya dirigido a un candidato cuyo mayor apoyo procede del máximo responsable de los desastres políticos más importantes de los últimos años. Madrid está pez, ha perdido la memoria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 28 de mayo de 2003