El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, aseguró ayer que había encajado con "respeto" y "comprensión" las quejas de familiares de los 62 militares fallecidos en el accidente aéreo del pasado lunes en Turquía.
En declaraciones a Antena 3, Trillo-Figueroa consideró "muy explicable" que los parientes de las víctimas busquen "explicaciones" al siniestro, aunque éstas "no son ahora las que parecen razonables".
"La muerte es muy difícil de aceptar y muy pocas veces explicable cuando es así, inesperada, violenta y en tan gran número", argumentó.
El titular de Defensa insistió en que el estado del avión elegido para el vuelo de regreso a España de los militares enviados a Afganistán no parece haber sido "precisamente" la causa de la tragedia.
"Todo apunta a que ha sido un fallo humano", comentó, aunque se mostró partidario de esperar hasta que se conozca la información contenida en las tres cajas negras del avión.
Además, indicó que más de 140 países -entre los que citó Alemania, Francia o el Reino Unido- confían en los mismos aviones que el Gobierno español para el transporte de sus soldados y advirtió de que España seguirá confiando en estos aparatos hasta que se concluya la fabricación de un avión europeo apto para estas misiones. "En los mismos aviones que contratemos con las mismas garantías y con las mejores condiciones", subrayó.
El ministro reconoció haber pasado el día más duro de su trayectoria política y agregó que, "precisamente" por las quejas expresadas por los militares sobre los aviones elegidos para la ida a esta misión, se cambió de modelo, tras haber descartado la posibilidad de que regresaran en Hércules del Ejército.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de mayo de 2003