El primer ministro israelí, Ariel Sharon, y su homólogo palestino, Abu Mazen, se entrevistaron ayer durante poco más de tres horas para discutir las medidas prácticas que tomará cada parte con el objetivo de facilitar la aplicación de la primera fase del plan de paz conocido como Hoja de Ruta. Al concluir la reunión, la oficina de Sharon anunció una retirada gradual del Ejército de las áreas autónomas palestinas. Los palestinos calificaron de positivo el encuentro.
Dos semanas después de que tuviera lugar su primer encuentro oficial, Ariel Sharon y Abu Mazen pasaron de las declaraciones de principios y los reproches mutuos al debate sobre acciones concretas. Precedidos por una reunión de sus respectivos equipos de asesores, los primeros ministros comenzaron su reunión al caer la noche en la oficina de Sharon en Jerusalén. Después de poco más de tres horas, las delegaciones dieron por concluida la entrevista, absteniéndose de hacer declaraciones de forma inmediata, tal como ocurrió tras el encuentro anterior.
No obstante, fuentes del entorno del primer ministro israelí calificaron la reunión como "positiva", al igual que luego hizo, a través de un comunicado, el titular palestino de Información, Nabil Amro. Según la oficina de Sharon, la medida inmediata será la retirada progresiva del Ejército de las áreas autónomas palestinas. En principio, ésta tendría lugar en el norte de la franja de Gaza, y luego se iría extendiendo a las ciudades cisjordanas, en el caso de que las fuerzas de seguridad palestinas demuestren que son capaces de asumir el control y garantizar la seguridad en las mismas.
Además, la oficina de Sharon anunció que pondrá en libertad a un centenar de presos de la Intifada. Entre los presos liberados estarán Taisir Jaled, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), y Abu Suker, el reo palestino que más años llevaba preso en cárceles israelíes. También se hizo alusión a inminentes medidas de alivio para la población palestina, aunque sin especificar todavía cuales. A cambio, la delegación israelí demandó una actuación firme contra el terrorismo, que se traduzca en el desmantelamiento de su infraestructura y el completo desarme de las organizaciones extremistas.
Abu Mazen, quien llevaba semanas evitando a los medios de comunicación, declaró en una entrevista publicada ayer por el diario israelí de mayor tirada que espera lograr una tregua formal con las organizaciones extremistas, haciendo mención especial del movimiento islamista Hamás. "La semana próxima Hamás se comprometerá a cesar sus ataques dentro de Israel y en los territorios ocupados", aseguró al Yediot Ajronot. "Y yo asumiré la responsabilidad de seguridad en aquellas zonas que evacue el Ejército", agregó el jefe del Ejecutivo palestino. Para ello, tendrá previamente que revitalizar sus servicios de seguridad, totalmente desestructurados como consecuencia de las operaciones militares israelíes.
Uno de los portavoces de Hamas en la franja de Gaza, Mahmud al Zahar, aseguró que "no pondremos precondiciones a un alto el fuego unilateral", matizando que incluirá también al resto de organizaciones. Sin embargo, otro portavoz, Ismael Abu Shanab, contradijo al primero, reclamando que, para llegar a una tregua, "Israel debe cesar las agresiones contra la población civil palestina, liberar a los presos y retirarse de los territorios palestinos".
A diferencia del encuentro anterior entre Sharon y Abu Mazen, en que tuvieron lugar cuatro ataques suicidas inmediatamente antes y después, el de ayer transcurrió sin atentados. En cambio, el Ejército efectuó una incursión en el área autónoma de Yenín, matando a un miliciano armado y arrestando a varios sospechosos.
Igualmente, se produjo otra redada nocturna en el campo de refugiados de Jan Yunis, donde falleció otro palestino y se practicaron más detenciones. También hubo nuevas incursiones en la ciudad de Tulkarem y la localidad fronteriza de Rafá.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de mayo de 2003