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OPINIÓN DEL LECTOR

Saber mirar las artes decorativas

En respuesta a la carta firmada por Nuria Casas, publicada el pasado día 21 de mayo, quisiera decir que el Museo de las Artes Decorativas de Barcelona muestra objetos de la vida cotidiana, en un recorrido cronológico (desde la Edad Media hasta el año 2000). Los objetos pequeños (relojes, copas de vidrio, cajas), se muestran en vitrinas, mientras que los grandes (mobiliario: camas, sillas, arcones), están sobre tarimas.

Desde el museo hemos apostado por esta museografía, solucionando los inconvenientes que genera con los sistemas de vigilancia habituales y poniendo especial esmero en la limpieza semanal a cargo de restauradores.

Los controles de temperatura y humedad nos demuestran que las oscilaciones no son graves en las salas y que la intensidad lumínica no sobrepasa los límites permitidos sobre cada uno de los materiales.

Los muebles de nuestras colecciones han tenido una larga vida hasta llegar a nosotros, y la historia que llevan intrínseca es la que desde el museo debemos mantener. Por eso, cuando restauramos un mueble lo hacemos según los criterios de restauración arqueológica, sin reproducir, sin pulir y volver a barnizar. No hacemos un lifting a los muebles dejándolos como nuevos, por lo que puede haber antiguas marcas, pero ningún mueble con carcoma activa, patas inestables o travesaños desencajados.

Les invitamos a visitar el Museo de las Artes Decorativas, en el palacio de Pedralbes, y comprobarán que Nuria Casas parece hablarnos de otro lugar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de mayo de 2003