La mayoría de profesores de informática de enseñanzas medias de la Comunidad Valenciana -un colectivo de medio millar de docentes de ESO- secundó "la primera huelga de celo del sector, que comenzó ayer con carácter nacional e indefinido" y exigió, en una manifestación previa ante la sede de la Generalitat Valenciana, que ejerza sus competencias y presione al Ministerio de Educación para que rectifique el controvertido proyecto de Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE) que suprime esta asignatura y transforma sus puestos de trabajo en un ambiguo "tecnólogos".
Más de 350 profesores de institutos de enseñanzas medias se concentraron ayer frente a la sede del Consell para exigirle que inicie una negociación con Madrid a fin de reconducir ciertos aspectos de la ley. "La aplicación de la LOCE en la Comunidad dejará en una situación de incertidumbre la continuidad de la oferta informática en los institutos de enseñanzas medias", según subrayó ayer en la manifestación, Jesús María Timoneda, el vicepresidente de la Asociación de Profesores de Informática (APICCV).
Con pancartas con el lema Informática, que vuelva a Secundaria, los profesores denunciaron que, de confirmarse este hecho, "los escolares valencianos, estarían en desventaja respecto a otras comunidades", donde se buscan alternativas, y recordaron al Consell que ello "afecta gravemente a sus condiciones laborales".
Los sindicatos de CC OO, STEPV y Fete-UGT, respaldaron de manera incondicional la reivindicación laboral, profesional y académica de los profesores de informática que hasta ahora impartían la especialidad en la ESO y que, con la aplicación de la futura LOCE (tal y como está redactado el borrador del proyecto de ley) pasarían a agruparse dentro del vago y ambiguo concepto de "tecnólogos". Los sindicatos consideran que la informática es "clave" en el futuro desarrollo de la sociedad, tanto en la vertiente tecnológica como humana, y pidieron la generalización de esta enseñanza como mecanismo para "regular las desigualdades sociales".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de mayo de 2003