Con sólo 26 años, el cabo albaceteño José Israel Ferrer, afrontaba en Kabul su segunda misión humanitaria, ya que había estado en Irak hace ya dos años. Celebró el pasado 25 de febrero su cumpleaños en Afganistán, lejos de su familia. Defensa no comunicó a la familia que Ferrer se encontraba entre los fallecidos de Turquía hasta las siete de la tarde, cuando los familiares habían visto su nombre por Internet. Una de las hermanas, Elvira, comentaba indignada que nadie tuvo la delicadeza de llamarles a su casa: "Mi madre estaba a cada minuto peor". Precisamente ella, una viuda de 59 años, no quería que su hijo fuera a Afganistán. Aunque no estaban de acuerdo con el acto celebrado en Madrid, los Ferrer se desplazaron hasta la base aérea "para no dejarlo solo". No iba a coger el avión siniestrado, aunque sin saber por qué quiso adelantar su viaje, quizás para ver antes a su familia.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de mayo de 2003