Francisco Javier Hernández Sánchez nació en el murciano barrio de San Antón hace 29 años. Cuando tenía 18 ingresó en la Escuela de Suboficiales de Lleida, y su posterior traslado a Madrid no pudo ir mejor: allí conoció a Nani y se casó con ella hace tres años. Su madre maldice la mala fortuna de su hijo, que estuvo a punto de perder el vuelo siniestrado porque alargarse demasiado hablando por teléfono con Nani. "Mi hijo era un santo, y no se merecía esto", explicó la madre a un medio murciano. Enamorado de su tierra, aprovechaba todos los fines de semana para ver a su familia, y de paso dar un respiro a su estómago. La comida era una de las principales quejas de Javier, que según su madre estaba "harto de comer tanto arroz" en Kabul. "Parece que eso no se acaba", ecribió a la familia en su última carta.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de mayo de 2003