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Tormenta política en Italia por el cese del director del 'Corriere'

La redacción convoca una huelga hoy en protesta por el relevo

La dimisión de Ferruccio de Bortoli como director del Corriere della Sera, el más representativo de los diarios italianos, con sus 127 años de historia, provocó yer una nueva tormenta política en Italia. Mientras el comité de redacción del rotativo se reunía ayer con los dirigentes de RCS Media Group, el holding que controla el Corriere, para esclarecer las causas del cese, representantes del Gobierno y de la oposición se enzarzaban en una nueva batalla de acusaciones sobre el caso. Mañana el rotativo no saldrá a la calle por la huelga de sus redactores en protesta por "la forma" en que se ha realizado el relevo de Bortoli.

Ferruccio de Bortoli, milanés de 50 años, llevaba seis años al frente del Corsera -nombre familiar del diario- y oficialmente los motivos de su retirada serían meramente personales, tal y como subrayó la nota con la que el Consejo de Administración de RCS MediaGroup anunció el jueves por la noche el cambio en la cúpula del Corriere. Extraoficialmente, sin embargo, y la prensa de izquierdas se ocupó ayer de resaltarlo en grandes titulares, la retirada de De Bortoli obedecería al deseo expreso del primer ministro, Silvio Berlusconi, descontento con la línea que ha seguido el diario, sobre todo en lo que se refiere a sus problemas judiciales y los de su ex abogado, Cesare Previti. Berlusconi, magnate de la televisión privada, controla en estos momentos cinco canales de televisión (dos de la RAI y tres de Mediaset, de su propiedad), un diario nacional (Il Giornale), y el semanario de información general Panorama, entre otros medios.

Coincidiendo con la polémica, anoche el comité de redacción del rotativo aprobó la convocatoria de una huelga que impedirá que el diario salga mañana. Según subrayaron los portavoces de los periodistas, el fin del paro es protestar por "la forma en la que se ha realizado el cambio de dirección y no contra el director saliente ni el entrante".

Los líderes del centro-derecha dedicaron elogios tanto al director saliente como al que será su sustituto, Stefano Folli, de 54 años, columnista político del diario desde hace 12 años, pasando de puntillas sobre la polémica. En la izquierda, sin embargo, se escucharon voces críticas.

El secretario del sindicato de periodistas, Paolo Serventi Longhi, expresó ayer "profunda preocupación" por lo que está ocurriendo. "El caso del Corriere parece el último episodio de una serie de asuntos que han puesto en serio riesgo la libertad de información", dijo Serventi.

El Corriere della Sera, controlado por un pacto de sindicato del que forman parte los principales pesos pesados de las finanzas italianas (desde Gemina a Fiat, Pirelli, Assicurazioni Generali y Mediobanca, entre otras entidades financieras), ha sido siempre un diario respetuoso del establishment italiano. Quizá por ese motivo, ha sido considerado siempre moderadamente filogubernamental. Sin embargo, Berlusconi, que gobierna Italia desde junio de 2001, se ha sentido siempre insatisfecho con la línea seguida por De Bortoli a quien, según señalaba ayer un comentarista de La Repubblica, saludó en cierta ocasión, confundiéndole maliciosamente con el director de Il Manifesto, diario inequívocamente comunista.

El diario milanés ha despertado históricamente el apetito de las fuerzas políticas. En los años ochenta cayó en manos de la Logia masónica Propaganda-2, del venerable Maestro Licio Gelli, como recordó ayer la actriz Franca Rame.

L'Unità, antiguo diario del PCI, hoy de los Demócratas de Izquierda, señalaba ayer en primera página: "Se quedan también con el Corriere", un título que disgustó al líder del partido, Piero Fassino, quien, al igual que la mayor parte de los líderes de El Olivo, se mostró extremadamente cauto a la hora de juzgar el relevo en la dirección del Corriere. Con mayor dureza se expresó, sin embargo, Luciano Violante, jefe de los diputados diesinos: "La libertad de información en Italia está en peligro", dijo sin dejar de felicitar a Folli, ligado en el pasado al Partido Republicano Italiano (hoy encuadrado en la coalición de centro-derecha).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de mayo de 2003