Un grupo de vecinos de Burjassot cortaron ayer, durante más de una hora y bajo un sol de justicia, el tráfico del metro y del tranvía que confluyen en la nueva estación de Burjassot-Godella para exigir por enésima vez el soterramiento de las vías, después de que el miércoles se produjera un accidente mortal. Según confirmó, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Reme Blasquet, la anciana atropellada murió poco después de ser atendida.
Los cinco partidos políticos de Burjassot -PSOE, PP, Bloc, Esquerra Unida y Unión Valenciana- respaldaron ayer las protestas de más de 150 vecinos de la zona de la nueva estación inaugurada durante la pasada legislatura en medio de una fuerte polémica, porque las nuevas infraestructuras se hicieron sin atender la "histórica demanda" de que debían "soterrar las vías" debido a la peligrosidad que representan en este tramo.
Jordi Sebastià, del Bloc, precisó que "el resultado supone un error garrafal, ya que el encarecimiento de la obra, que costó más de mil millones de pesetas, debiera haber contemplado una estación subterránea", en vez de la que se acabó proyectando y ejecutando. De hecho, según detalló Sebastià, "el estudio acabado de todas las obras de la Dirección de Obras Públicas a penas fue remitido al gobierno municipal la semana pasada, pero además mantiene una parte del tramo de la vía en superficie, sin contemplar el soterramiento".
No obstante, el dolor por el fallecimiento el miércoles de una vecina de 77 años muy conocida en el barrio -"que murió prácticamente en el acto después de que el tren le amputara parte de un brazo y de una pierna"- ha aumentado el malestar. Este trágico accidente parece haber hecho mella en la administración que, ayer, según Blasquet, facilitó el personal del metro necesario para poder llevar a cabo los cortes sin riesgo para los vecinos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de junio de 2003