El señor Ruiz-Gallardón dice en la entrevista de EL PAÍS del domingo 1 de junio: "La flauta jamás es capaz de hacer un acorde por casualidad". Ni por casualidad ni intencionadamente: la flauta no puede hacer un acorde. La frase ilustra a la perfección lo que muchos políticos hacen con la música: utilizarla como ornamento y barniz cultural sin conocerla realmente y sin intentar resolver sus problemas.
El señor Ruiz-Gallardón ha suprimido el Conservatorio de Música P. Antonio Soler de San Lorenzo de El Escorial, que contaba con una brillante trayectoria de 21 años, y ha declarado a extinguir su grado superior, con el consiguiente daño irreparable para los alumnos y profesores que tenían puesta su ilusión en él. Y lo ha hecho dos días antes de las elecciones, no se sabe por qué ocultas razones, sin contar para nada con la Junta Directiva, el Claustro de Profesores y el Consejo Escolar del centro.
En vez de prometer tantos fabulosos proyectos de futuro, este político triunfador podría ocuparse de no destruir realidades presentes, llenas de vida y de un porvenir prometedor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de junio de 2003