"Cuando alguien compra una biografía de Jacques Brel en Bélgica, paga un 6% de IVA, pero si compra un CD con su música, entonces paga un 21%". Con este ejemplo, Alex Callier, del grupo belga de música pop Hooverphonic, presentaba ayer en Bruselas la petición firmada ya por 1.200 artistas europeos de que se aplique a la música grabada un IVA reducido, similar al que disfrutan otros productos culturales como los libros. "No tiene sentido que no se aplique un impuesto reducido y que no se reconozca el rol cultural de los artistas", insistía Callier.
La campaña iniciada hace varios meses por la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI), organización en la que están importantes firmas como EMI, Sony o Warner, además de compañías independientes, ha logrado ya un importante número de firmantes y, sobre todo, ha conseguido atraer a primeros espadas como Elton John, Laura Pausini, Eros Ramazzotti o Anne-Sophie Mutter. "Tenemos también importantes firmas españolas", decía ayer Francine Cunningham, de la IFPI, "como Julio Iglesias o Alejandro Sanz". En la lista aparecen también Santiago Auserón, Luis Eduardo Aute, Ana Belén, Pablo Benegas, Enrique Bumbury, Miguel Bosé, Juan Carlos Calderón, Juan José Carmona, José María Cano, Luz Casal, Antonio Vega y un larguísimo etcétera.
Actualmente, el IVA que se aplica a la música grabada en el seno de la UE oscila entre el 15% (en Luxemburgo) y el 25% (en Suecia y Dinamarca). En España es del 16%, mientras que sobre los libros y periódicos pesa un gravamen del 4%. En EE UU, a los discos se les aplica también un impuesto del 4%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de junio de 2003