A las tres de la madrugada de ayer, las tropas de EE UU detuvieron en la antigua Ciudad Sadam de Bagdad a Yasín Al Saidi, líder religioso chií de la mezquita de Al Rajmán. Siete horas y media más tarde miles de chiíes se manifestaban exigiendo su liberación. Bajo un sol de justicia y la sombra amenazante de un helicóptero Apache, los manifestantes no pararon de gritar eslóganes como "Muerte a Israel, muerte a América, muerte a Sadam"; "Este país no se vende"; "No a América, no al diablo, no a la ocupación"; "Sí chiíes, sí suníes, sí al islam"; "Cortaremos las manos a quienes cacheen a nuestras mujeres" y "No al terrorismo".
Abdel Amir Ahmed participaba en la marcha acompañado por su hijo de 10 años que cargaba con un pesado retrato del santón detenido. "Es una vergüenza", decía. "Los americanos son como Sadam; ojalá los echemos del país". Más tranquilo y amable, contó que su hermano se exiló durante el régimen de Sadam y vive desde hace 20 años en Nueva York, donde trabaja en una televisión árabe. Y ¿qué tal le va? "Muy bien".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de junio de 2003