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Una popular empresaria se enfrenta a 10 años de cárcel por fraude bursátil en EE UU

Martha Stewart vendió 4.000 acciones de una compañía la víspera de su derrumbe en Bolsa

Martha Stewart, árbitro del buen gusto en la decoración y la cocina en EE UU y propietaria de un grupo de publicaciones y empresas, fue imputada ayer por nueve delitos, incluidos obstrucción a la justicia y fraude bursátil, en relación con la venta de casi 4.000 acciones, con un valor de 230.000 dólares, de una compañía la víspera de una decisión que hizo caer en picado su cotización en Wall Street. Stewart, que se enfrenta a no menos de 10 años de prisión, negó las acusaciones y su abogado aseguró que probará su inocencia en el juicio. Su broker (intermediario) también fue imputado.

A última hora de ayer, Stewart anunciaba que dimitía de su cargo de presidenta de su compañía, Martha Stewart Living Omnimedia. El caso abre un periodo de incertidumbre para el imperio mediático creado por Stewart, muy conocida por sus apariciones en televisión, que llegó a tener una capitalización de miles de millones de dólares. El drama de ayer en Manhattan culminó año y medio de investigaciones sobre la venta de acciones de la empresa de biotecnología ImClone que permitieron a Stewart embolsarse 230.000 dólares y salvar 40.000. A cambio de aquella operación de salvamento, Martha Stewart corre el riesgo de acabar entre rejas, además de haber perdido cientos de millones por la depreciación que el escándalo ha traído a su propio grupo, del que la antigua corredora bursátil convertida en gurú de la elegancia en prensa y televisión posee el 60% de las acciones.

La fiscalía alega que Stewart vendió 3.928 acciones de ImClone el 27 de diciembre de 2001, el día antes de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) rechazara el anticancerígeno Erbitux, en el que ImClone y los mercados habían puesto grandes esperanzas. Esa decisión hizo perder en un mes el 75% del valor de ImClone.

Stewart, de 61 años, mantiene que vendió porque tenía un acuerdo con su broker, Peter Bacanovic, para desprenderse de las acciones si bajaban de 60 dólares y, de hecho, se deshizo de ellas a 58 dólares. Esa versión se vino abajo cuando un ayudante de Bacanovic, Douglas Faneuil, confesó que su jefe le había pedido que mantuviera tal descripción de acontecimientos. En realidad, parece que Faneuil había informado a Stewart de la venta de acciones por parte de Sam Waksal, el presidente de ImClone, y algunos de sus familiares el día 27 y que ella le dio entonces órdenes de vender también las suyas. Waksal ya ha sido procesado y ha reconocido que vendió beneficiándose de información privilegiada. La fabricación de esa teoría y subsiguientes declaraciones por parte de Stewart y Bacanovic para apoyarla, incluida la manipulación de algunos documentos -en una minuta de Bacanovic sobre la cartera de acciones de Stewart aparece escrito junto a ImClone "a 60" en tinta azul distina al resto de las anotaciones-, es la fuente de la cadena de delitos imputados por la fiscalía. Bacanovic fue acusado también de violar la confianza de Merrill Lynch por pasar a terceros (Stewart) información sobre las decisiones de otros clientes (los Waksal).

Tras la decisión judicial, la Comisión del Mercado de Valores (SEC) anunció que la demandará por uso fraudulento de información privilegiada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de junio de 2003