Soy una catalana por los cuatro costados, de padres y abuelos, y siento vergüenza cuando veo y oigo cómo tratan a nuestros artistas o intelectuales reconocidos a nivel mundial, a los que aquí menosprecian por problemas políticos o lingüísticos, como Josep Maria Flotats, Lluís Pascual y tantos otros que están triunfando en todo el mundo. ¡Siempre seremos un pobre país!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de junio de 2003