Cuando el rock se hace vigoroso, un concierto puede convertirse en uno de los espectáculos más estimulantes que existen. El grupo mexicano Jaguares concibe así la música, desde la galopada trepidante. Fuerza y vigor a espuertas que a veces puede resultar desbocado, pero en cualquier caso magnífico y lleno de vida.
Liderado por el carismático Saúl Hernández, Jaguares son la leyenda viviente de lo mejor del rock hecho en México. Hernández es un personaje conmovedor. Tiene muy dañada la garganta, un problema serio que a punto estuvo de retirarlo, pero se desgañita para compartir sus inquietudes con todos. Pidió educado que no se fumara. Su voz emociona y el grupo le cubre cuando ha de subir los tonos.
Jaguares
Saúl Hernández (voz y guitarras), Alfonso André (batería), César López (guitarra), Federico Fong (bajo) James Zavala (armónica y saxo), y Leonardo Muñoz (percusiones). Sala Caracol (Madrid), 6 de junio.
Pasan de sonar a veces muy mexicanos -áridos paisajes, cactus, viento, frontera y tequila- a absolutamente internacionales, lo que constituye otra de sus grandezas. Presentaron Dime, Jaguar, utilizaron de Juan Gabriel Te lo pido por favor, para volver a pedir que se aclaren los abusos cometidos en Ciudad Juárez contra más de 300 adolescentes violadas y asesinadas, y se despidieron, tras repasar su discografía, con la versión más eléctrica de La Negra Tomasa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de junio de 2003