En un Gobierno socialista hubo una vez un vicepresidente y un ministro de Defensa que dimitieron por el asunto "Cesid", por no haberse enterado de que entre los mandos había unos cuantos sinvergüenzas operando. El PP, en la oposición entonces, y parte de los medios de comunicación afines "montaron" una campaña que, a pesar de las dimisiones, fue empleada contra los primeros durante años. Ahora llevamos unos años soportando un supermercado de disparates surtido de: "Tireless que se marcha en una semana", "carros de combate de última generación alquilados para desfiles", "banderas modelo La Tengo más Grande", "presidir un desfile desde el aire de playas esplendorosas", "invento de maniobras de repostaje aéreo modelo puede ser que sí, puede ser que no", "sacamos pecho porque hemos conseguido el mayor éxito internacional en alta mar capturando armas de destrucción masiva, previos informes del siempre infalible Gobierno del señor Bush", "la OTAN se encarga de revisar los aviones que llevan nuestras tropas y son seguros. Hay que respetar los contratos. Cantidad de países emplean esos aviones sin problemas", etcétera, etcétera. Le digo que por todo lo anterior y mucho más ¡dimita, señor Trillo! (se puede llevar con usted a Blanquita).-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de junio de 2003