Pekín regresa a la normalidad. La fulgurante bajada del número de casos de neumonía atípica ha decidido a las autoridades de la capital china a autorizar la apertura de cines y teatros a partir de mañana. Fueron cerrados a finales de abril, cuando la epidemia estaba en pleno apogeo. Sin embargo, los locales deberán instalar sistemas de medición de temperatura para verificar si los clientes tienen fiebre (uno de los síntomas de la enfermedad) y reducir el número de entradas a la venta.
El sábado volvieron a funcionar los gimnasios y otras instalaciones deportivas de interior y esta semana entrarán en servicio las bibliotecas, que han recibido orden de reducir el número de sillas con objeto de mantener una distancia mínima de 80 centímetros para evitar los contagios. Algunos colegios ya están abiertos y otros lo harán en las próximas semanas. De momento, seguirán clausurados discotecas, karaokes y cibercafés.
Tras semanas aislamiento, los pequineses retoman las calles y los parques. Las terrazas de los pocos bares que las tienen están llenas y la vida social ha renacido. Las mascarillas sólo las lleva ya una pequeña minoría. China registró ayer un fallecido y ningún infectado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene algunas reservas sobre la positiva evolución de los números. Si hace un mes Pekín registraba más de un centenar de infectados diarios, en la semana pasada tan sólo sumó tres, y otros tantos fallecidos, lo que sitúa las cifras totales desde que estalló la epidemia en 2.522 y 184, respectivamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de junio de 2003