Un total de 109 puertos y playas catalanes han estrenado este fin de semana la bandera azul que otorga la Fundación Europea de Educación Ambiental y que reconoce su grado de limpieza, seguridad y respeto ambiental. El buen estado de la mayoría tranquiliza un sector hotelero catalán bastante preocupado ante un posible descenso de la ocupación de sus establecimientos.
Pese a que nadie se atreve a hacer valoraciones sin los datos del mes de mayo, el sector está inquieto, sobre todo ante la falta de antelación de las reservas de los turistas.
En la Costa Dorada, la ocupación ronda en estos momentos el 72%, 10 puntos menos que hace un año. En el centro de la Costa Brava, se sitúa en el 57%, mientras que en Lloret de Mar sube hasta el 78%. En el norte del Maresme, las previsiones no son más optimistas pese a la plena ocupación, durante este fin de semana, de las 45.000 camas disponibles. El presidente del Gremio de Hoteleros, Manuel Vila, prefiere no mostrarse eufórico ante la dificultad de mantener el lleno durante todo el verano.
Para este puente, la mayoría de las playas ya han sido adecuadas para la llegada masiva de turistas. Pero otras no han solucionado aún su regeneración. Es el caso de Blanes (Selva). La construcción del paseo marítimo supuso la reducción de la playa, una situación que se agrava en cada temporal. Pero la solución no parece próxima. Un conflicto entre el Gobierno central y el consistorio ha retrasado su arreglo, al menos hasta el fin de la temporada turística.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de junio de 2003