Leyendo su periódico se me coloreó el rostro de verde de pura envidia. Leía que Howell Raines y Gerald Boyl, director y director gerente respectivamente del muy acreditado The New York Times, habían dimitido porque el reportero Jayson Blair había mentido como un bellaco y la mentira en la prensa es falta gravísima. Leo a continuación que al ministro Trillo lo desmienten en catarata la OTAN, Air Europa, Iberia, y que uno de sus mandos telefonea a su esposa, seguramente que más piadosa, y le encarga que pida ayuda a la Divinidad para que el avión que lo va a traer a España llegue sin novedad a la patria, cuando lo lógico es que se lo hubiera pedido a sus superiores y no tener que acudir a tan altas instancias. Nadie ha dimitido, cuando si la mentira es grave en la prensa, en democracia, engañar al pueblo en sus representantes en el Congreso no tiene nunca perdón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de junio de 2003