Mi trabajo en el aeropuerto de Almería consiste en mantener en funcionamiento los equipos de climatización. Disponía de un vehículo furgoneta para transportar herramientas y repuestos por el interior del aeropuerto, un teléfono móvil y acceso directo a las unidades de climatización instaladas en la terraza del edificio terminal de pasajeros.
El actual director del aeropuerto, sin notificación previa ni argumentación alguna, ha procedido a retirarme lo que los anteriores directores me concedieron.
Me ha retirado el teléfono móvil, invalidando la posibilidad de localizarme a cualquier hora del día, incluidos los festivos. Teniendo presente que soy el único técnico especialista en climatización que trabaja en el aeropuerto, la medida me parece sorprendente. Ha cerrado el acceso directo a las unidades de climatización, obligándome a pasar entre los pasajeros y las mesas de la cafetería para acceder a las mismas. No puedo utilizar el vehículo porque tiene la batería en mal estado y no considera conveniente comprar una batería nueva.
Puede que por actuaciones parecidas CC OO calificara al actual director de prepotente en una nota de prensa.
No quiero creer que con estas decisiones que entorpecen mi trabajo trate de desmoralizarme profesionalmente e imputarme cualquier fallo que se produzca en las instalaciones. Tengo la esperanza de que AENA, que está por encima de las decisiones personales de los directores de aeropuerto, entre a considerar lo expuesto.
Por último: nunca he sido amonestado por la dirección del aeropuerto ni por cuestiones personales ni profesionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de junio de 2003