Mi viejo se está muriendo. 84 años, demasiados... Nació en 1919. Con 17 años, la guerra (cárcel, tortura, exilio). Fue un idealista, la gente moría por las ideas, lucha de clases, solidaridad. Ahora se vota a Aznar. En mi trabajo los peones tienen coche, piso, propiedad privada. El obrero como autómata consumidor. La clase obrera no existe. En su delirio de morfina ve cabezas de niños ensangrentadas. Quizás estemos muertos. Quizás, como decía Borges, el hombre es un muerto que conversa con muertos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de junio de 2003