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OPINIÓN DEL LECTOR

Energúmeno en el metro

En la madrugada del domingo, en un vagón de la línea 5, un skin-head del tamaño de un elefante abofeteó a mi hija, adolescente, menudita. Ella no le había provocado, ni siquiera le miró mientras el energúmeno desplegaba sus monerías de "Arriba España" y "Heil Hitler". El vagón iba lleno de gente, que contempló la escena sin inmutarse. No consolaron a la niña y ni siquiera se solidarizaron con ella cuando el energúmeno se bajó del vagón.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de junio de 2003