El Partido Popular de Cataluña vivió ayer la primera purga del mandato de Josep Piqué en la presidencia regional. El partido destituyó de forma fulminante a los máximos dirigentes de las juventudes del partido (Nuevas Generaciones) de Cataluña y de Barcelona -Ángel Alcolea y Eduardo Bolaños, respectivamente- e impuso sendas gestoras con nuevos dirigentes elegidos a dedo.
Fuentes de las juventudes del PP explicaron que las direcciones de Cataluña y de Barcelona mantenían un soterrado enfrentamiento desde hacía meses. La cúpula del PP, con la connivencia de la dirección central de Nuevas Generaciones, decidió ayer cortar por lo sano la situación: llamaron a capítulo a su máximos dirigentes -Alcolea y Bolaños- y ambos salieron de la reunión con la dimisión presentada y aceptada.
Ambos dirigentes fueron elegidos en sus respectivos congresos, pero la dirección del PP decidió ayer apartarles del cargo y puso en marcha dos gestoras, que funcionarán un mínimo de seis meses. Al frente de la dirección regional de las juventudes el PP ha situado a Alejandro Fernández, recién elegido concejal en Tarragona y dirigente de la máxima confianza del secretario general del PP catalán, Rafael Luna. El responsable elegido para dirigir las juventudes de Barcelona es Rafael López, un militante que en la última campaña municipal se integró en el equipo electoral de Alberto Fernández Díaz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2003