Regreso del cine de aventuras a uno de sus filones más olvidados, el filme de carreras de fórmula 1, en Driven anida una de las mayores contradicciones de este tipo de cine: que a pesar de que su principal reclamo no es otro que el desarrollo mismo de las carreras, lo que realmente resulta interesante es todo lo que ocurre de boxes adentro. El "asunto humano", vaya.
Realizada por uno de los grandes especialistas del cine de acción, Renny Harlin, con mucho ruido, muchos planos de chicas guapas que no vienen a cuento, tíos que sudan testosterona y un Syl Stallone ejerciendo de intelectual de la cosa -firma el guión, además de producirlo-, la película contiene, no se le puede negar, una altísima dosis de espectacularidad, acrecentada por el eficaz empleo de los efectos especiales, que al fin y al cabo es de lo que en verdad va la cosa. No es desdeñable, a pesar de Stallone y su insólita caracterización de héroe cansado y en busca de una nueva ocasión, el resto del elenco: el despistado Kip Pardue y la bella Estella Warren le insuflan, de a ratos, un cierto interés... y a correr, que son dos días.
DRIVEN
Dirección: Renny Harlin. Intérpretes: Sylvester Stallone, Burt Reynolds, Kip Pardue, Til Schweiger, Estella Warren, Gina Gershon, Cristián de la Fuente. Género: aventuras, EE UU, 2001. Duración: 117 minutos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2003