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El Gobierno de Israel declara la guerra sin cuartel al grupo radical Hamás

Siete palestinos mueren en una operación de castigo de helicópteros israelíes en Gaza

El Gobierno israelí y Hamás se han declarado la guerra abierta. Pocas horas después de que Ariel Sharon ordenara ayer a sus tropas "aplastar" con todos los medios a los fundamentalistas palestinos, dos helicópteros de combate efectuaban una nueva operación de castigo contra Gaza que se cobró al menos siete muertos, entre ellos un alto responsable del ejército secreto de los integristas de Hamás. Por su parte, la dirección del movimiento islámico ha llamado a la movilización general de todas sus milicias y ha recomendado a los extranjeros que salgan de Israel si quieren salvar su vida.

El de ayer fue el tercer ataque de helicópteros israelíes en 24 horas. La operación se llevó a término a primera hora de la tarde de ayer, en el barrio del Jeque Raduán, uno de los baluartes más importantes de Hamás en Gaza, y causó la muerte de Yaser Taha, uno de los jefes de la milicia secreta fundamentalista. En el ataque murieron además dos miembros de su familia, su esposa y su hija Afnán, de tres años. El coche en el que viajaban, un todoterreno, quedó absolutamente calcinado.

El último misil se desvió algunos metros del blanco e impactó entre un grupo de fieles de una mezquita cercana, justo en el momento en el que se encontraban orando. El error se cobró la vida de otros cuatro civiles y provocó al menos una treintena de heridos, según aseguró el director del hospital municipal Shifa. No fueron las únicas víctimas de ayer. A última hora de la tarde, especialistas del Ejército israelí dieron muerte a dos activistas de Yihad Islámica, los hermanos Saleh y Fahdi Yeradat, en Yenín, lo que elevó a nueve el número de palestinos muertos. Esta operación se produjo después de que un israelí muriera por disparos palestinos cuando viajaba en su coche cerca de la localidad de Yabed, próxima a Yenín.

El nuevo ataque de Gaza se produjo pocas horas después de que el Gobierno de Sharon enviara a todas las unidades militares una circular en la que se ordenaba "aplastar totalmente" a Hamás, utilizando "todos los medios" y "no respetando ninguna inmunidad", como la que mantenía hasta ahora a salvo al jefe espiritual de la organización integrista, el jeque Ahmed Yasín, un anciano que se encuentra inválido y postrado en una silla de ruedas.

Sharon, responsable personal de la orden, había asegurado en la reunión ministerial, con tono irónico y displicente, que Israel se veía obligado a asumir la destrucción de Hamás, ya que el primer ministro palestino, Mahmud Abbás Abu Mazen "es un polluelo sin plumas" y que "nosotros tenemos que ayudarle a combatir el terror hasta que le crezcan las plumas". Calificó además a los líderes de la Autoridad Nacional Palestina de "bebés llorones" que "no hacen nada por combatir el terrorismo, dejan que el terror corra desenfrenado y se ponen a llorar cuando les pegan". La orden del Gobierno israelí de aplastar a Hamás es la respuesta directa e inmediata al atentado contra el autobús de la línea 14 de Jerusalén, en el que murieron 16 personas y más de un centenar resultaron heridas. Pero también es la contestación a una larga historia de atentados, que este grupo fundamentalista inició hace 16 años, cuando se fundó.

Desde entonces, Hamás ha llevado a término 113 ataques suicidas contra Israel, 73 de los cuales los ha efectuado en esta segunda Intifada. En total, 243 muertos y más de 1.450 heridos. Todo ello sin contar las víctimas que se han producido en otro tipo de ataques terroristas. La orden contra Hamás no ha intimidado a los fundamentalistas. La dirección de Hamás en el exilio ha llamado a todos los militantes y simpatizantes a una movilización general. "Llamamos a todas las células a trabajar rápidamente para provocar un terremoto como respuesta", afirma el comunicado, al tiempo que exhorta a los extranjeros a que abandonen Israel si quieren salvar la vida.

En una operación de propaganda demagógica, Hamás distribuyó ayer en Gaza octavillas, en las que se podía ver el rostro de Sharon, asegurando que estaba buscado por terrorista. La declaración de guerra total y abierta que se han intercambiado israelíes y los radicales palestinos amenaza también con bloquear definitivamente la aplicación del plan de pacificación conocido como la Hoja de Ruta.

El ministro israelí de Exteriores, Silvan Shalom, aseguraba ayer: "Si los atentados prosiguen, no habrá más proceso de paz". En un tono similar se manifestaba su homólogo palestino, Nabil Shaat, al afirmar que si la tensión se prolongaba, podría llevar consigo el fin del Gobierno palestino y del propio Abu Mazen, quien ayer mismo se comprometió a presionar en favor de un alto el fuego durante una conversación telefónica con Colin Powell.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2003