Acaba de abrir sus puertas y parece que lleva toda la vida. Jesús Vila, uno de los fundadores de El Quinto Vino, hombre que domina como pocos los secretos y sabores de todos esos platos caseros y castizos de la cocina tradicional española, se acaba de instalar en solitario en una diminuta taberna típica.
Se trata de un local alegre y desenfadado, con una barra a la entrada y apenas media docena de mesas, donde, con toda seguridad, triunfará en muy poco tiempo. A diario ofrece un menú muy bien estructurado que la casa compone con antelación para el mes completo.
Las sugerencias son tentadoras. Quizá un arroz negro con alioli suave, antes de proseguir con unas albóndigas de ternera con patatas. Tal vez alubias con chorizo seguidas de un filete de pescado a la bilbaína, o acaso unas patatas a la riojana antes de medallones de cordero al curry en calidad de plato fuerte.
De momento y mientras el tiempo lo permita, todos los miércoles cocido, una especialidad que la casa sirve al precio de 9 euros, el mismo importe que el resto de los menús programados. Son muy sabrosos los huevos rotos con patatas y jamón ibérico, las albóndigas y los callos.
Los postres -búdin con pasas; tocinillo de cielo; tarta de queso- tampoco desmerecen dentro del tono que caracteriza al establecimiento.
Aunque la bodega se encuentra en formación, apunta buenas maneras. No en vano Jesús Vila ha participado de la fiebre enológica que se respira en El Quinto Vino y sabe mucho de marcas, bodegas y vinos emergentes.
Casa Vila. Santa Engracia, 87. Teléfono 91 4469757. Cierra domingos y festivos. Precio: entre 20 y 25 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de junio de 2003